Para mí, las películas son la mejor forma de apreciar la vida, me entregan un mensaje y marcan una etapa en mí. Las películas no son inherentes al ningún ser humano. Y debo decir ¡Gracias!, porque es una de las fuentes a la que recurro habitualmente para entrar a un nuevo mundo, distraer mi mente.

Una de ellas y quizás la más importante en mi existencia: Match Point de Woody Allen. La primera vez que escuché de ella, pensé inmediatamente en tenis (deporte que me apasiona) y que solo hablaría del deporte blanco Me equivoqué; Match Point va más allá de eso, es mucho más compleja: cuenta la historia de Chris Wilton un jugador retirado de tenis, que se vincula con una familia británica adinerada, en donde, el azar y la ambición gobierna la vida de este jugador de tenis. En el transcurso de la película Wilton lee un libro llamado “Crimen y Castigo” de Fiodor Dostoievsky y junto a eso utiliza un manual para leer al autor. No sé si fue el nombre del autor, el título o que se necesitaba un manual para leer a Dostoievsky, lo que primero llamó mi atención. Desde ese momento me obsesioné, busqué el libro y cuatro años más tarde, llegó a mí como regalo de cumpleaños. “Crimen y Castigo” simplemente sublime, además está estrechamente relacionado con la película, aludiendo en cada momento al libro. Luego de leerlo desarrollé un profuso amor por la lectura de Fiodor Dostoievsky.

No es tan solo el legado de ese autor lo que me transmite la película, también deja en mí la ópera. Desde el comienzo de la película, la ópera es un factor fundamental que gobierna las emociones de las acciones en Match Point. Personalmente la ópera crea estados de ánimo diversos, regula las emociones, relaja la mente. En particular es la romanza “Una furtiva lágrima” de la ópera L’elisir D’amore que es más significativa para la historia y deja una huella importante en mí: la fascinación por un estilo de música que antes ignoraba y la encontraba por decirlo en palabras sencillas aburrida.

Esta película sin duda alguna, marcó completamente mi vida, cambió rotundamente mis gustos y opiniones.

Por último, no cierren la puerta a una buena película, ellas siempre tienen algo que entregarnos por más mínimo que sea, una sonrisa, un sentimiento, una reflexión, un libro o la música. Siempre nos regalan y aportan algo a nuestra efímera vida.

Paula Rether

Recuerdos

Publicado por Letras Humanistas | 23:24 | 0 comentarios »


De este mundo no gano ninguna cosa.
El mundo me entrega nada.
¿Para qué quiero recuerdos por lo que lamentarme después?
Prefiero vivir de pan y agua a que vivir alimentada de recuerdos.
Gran parte de ellos traen frutos de nostalgia en los brazos,
no sirven para sobrevivir.
Es como si estuviera en una selva con un cuchillo y una antorcha.
Me adentro en la selva y camino, hasta que un recuerdo me muerde el tobillo.
Se arrastra en medio de la oscuridad, salta y
lanza su veneno contra mis ojos, haciendo que se
llenen de lágrimas. Me desplomo en el suelo ¡Mientras que se mofan y acusan!
Mi cuchillo palpita en mi mano.
Grita una y otra vez. Grita diciendo: "Déjame acabar con ellos"
Pero un recuerdo se enrolla en mi pierna, otra se enrolla en mi torso,
otra en mi cabeza, brazos, hasta que ya no puedo distinguir nada en mi cuerpo.
Me quedo sin aire... ¿Acaso estoy muriendo?
De pronto el cuchillo cobra vida. Corta serpientes, corta recuerdos, una y otra vez despedazándolas.
¡Soy libre! ¡Soy libre!
¡Las serpientes se han ido y no volverán!
Y sale el sol, haciendo menguar mi antorcha.
Al fin puedo ver unos recuerdos que vuelan hacia mí y curan las heridas.
Aquellos que vuelan... Esos que curan, son los recuerdos por los que vale la pena vivir.

Laura Figueroa

El camino

Publicado por Letras Humanistas | 23:19 | 0 comentarios »


Adolf era un joven que a menudo se sentía muy solo, por momentos se dedicaba a pensar en las cosas que le estaban sucediendo a su vida. Adolf sentía que todo era injusto con él, llegando incluso un día a pensar en quitarse la vida.

Adolf pensó por mucho tiempo la situación por la que estaba pasando hasta que un día se dio cuenta por un momento que se encontraba en un lugar distinto en el cual no había nadie, absolutamente nadie a su lado que pudiera acompañarlo, se halló en un camino el cual cada vez se veía mas tenebroso, la oscuridad se iba apoderando de todo el lugar y a menudo se tropezaba con piedras y baches que habían en el camino, Adolf caminaba cada vez más rápido tratando de encontrar a alguien que lo acompañara, pero cada vez se sentía mas angustiado y triste por no estar con los que quería, Adolf se comenzaba a preguntar acaso habría quedado solo o si a lo mejor nadie recordaría su nombre, o su figura física.

El joven se puso a pensar en que el daba todo por los demás y a el nunca le brindaban ayuda cuando la necesitaba, ni siquiera cuando quería contar algo que le sucedía… Comenzó a meditar que su situación era así ya que nadie le entregaba cariño, nadie nunca le dijo suerte o un bien hecho o le preguntó si quiera casi le sucedía algo… Luego de eso Adolf se desplomó y rompió a llorar diciendo para si mismo que ya no tenia fuerzas para seguir adelante, que ya no quería seguir sufriendo, cuando de repente se da cuenta de que traía consigo una mochila, Adolf le dio curiosidad por saber lo que traía consigo ya que el no recordaba haber puesto nada en ella, Adolf comenzó a revisar lo que había, al abrir la mochila Adolf se da cuenta de que saltan varios objetos de los cuales cuatro le llamaron la atención. El primer objeto en el cual se fijó fue una pequeña navaja que había sido un obsequio de Stein lo cual le hizo pensar en cuan profundo había sido la llegada de el a su vida, lo difícil que había sido al comienzo y lo fácil que era ahora ya al haberlo conocido, con siquiera haber hablado un momento, solamente eso lo ayudó a descubrir lo que significaba un amigo.

El segundo fue un obsequio de Cristian era una mancuerna la cual le hizo recordar que no solo representaba la fuerza sino que gracias a él había aprendido lo que es el esfuerzo y la persistencia para resolver los problemas y que de cada error se puede aprender algo.
El tercero fue uno de los más importantes para la vida de Adolf ya que de inmediato se dio cuenta de que había sido algo especial que le había entregado Claudia era un pequeño talismán en forma de corazón el cual representaba el cariño, el amor y la protección que se le puede llegar a entregar a un amigo.

El cuarto y el más importante fue una estrella la cual había sido entregada por Marco, esta estrella representaba la entrega a una persona, la lealtad, que a pesar de todo, tus verdaderos amigos siempre están ahí para iluminar tu camino, que siempre te sacarán una sonrisa y te brindaran apoyo incondicional.

Al terminar de ver estos objetos Adolf comprendió que siempre tuvo personas junto a él, de que nunca lo abandonaron y que siempre estaban atentos a lo que le pudiera estar pasando, Adolf vislumbró que tenía una razón por la cual vivir y esta eran sus amigos los cuales continuamente estaban con él…

Luego de esa reflexión Adolf siguió su camino y ya no se sintió más solo, se dio cuenta de que nunca lo estuvo y sintió que el camino ya no era tan oscuro sino que cada vez se aclaraba más y que ya no era tan malo estar ahí, al fin y al cabo sus amigos eran quienes le daban apoyo, energías y una vista mas hermosa de un día, al final ellos eran su mundo.


Lorena Zúñiga

Publicado por Letras Humanistas | 0:42 | 0 comentarios »


¿Con qué te comparo?...Si las estrellas por más que brillen no lo hacen tanto como tú...
¿Con qué te comparo?...Si el sol aunque brillante no brilla mas que tú...
¿Con qué te comparo?...Si el atardecer es bello pero solo dura algunas horas, en cambio tú, tu belleza puede ser eterna...
¿Con qué te comparo? …Si el agua por más refrescante que sea, solo tus labios saben saciar mi sed implacable.
¿Con qué te comparo?... Si la miel por más dulce que sea no se compara con la dulzura que refleja tu mirada.
¿Con qué te comparo?...Si lo sublime es maravilloso, en cambio tú eres sublime, perfecto, sin defecto.
¿Con qué te comparo?... ¿Cuándo realmente no tienes comparación?..

Vía Morales

Cómo olvidarte

Publicado por Letras Humanistas | 0:30 | 2 comentarios »


Todo comenzó con un simple “¡Hola!”
Pensar que el destino me puso en tu camino, y decidiste saludarme, como si nos hubiésemos conocido hace mucho tiempo, o incluso años.
Me llevaste a tu casa, me hiciste comida, me diste cariño; nos besamos, y amamos mutuamente. Te amé, como jamás lo había hecho con nadie.

Un día, me llevaste a tu colegio, Boston College, y de pronto, me perdí de tus brazos, y jamás te volví a ver.
Para un gato como yo, estar en algún rincón de este colegio pensando en ti, es lo único que me consuela…

Fernando Estrada

Pienso como un mimo

Publicado por Letras Humanistas | 0:21 | 0 comentarios »


Soy como un mimo cuando pienso que todo sería mejor sin palabras.

Todo es mejor demostrando sentimientos con hechos, de cuantas palabras cuántas son desechos.

La verdad es que en actos hablo de mi pecho y me siento como un mimo y no es necesariamente que tenga un nombre. Es más lo escribo anónimo para que vean como piensa un hombre.


Hombre Anónimo 531

Mirando al cielo

Publicado por Letras Humanistas | 0:16 | 0 comentarios »



LA SEÑORA DE EDAD
ESTABA SOLA
DESAMPARADA Y ABANDONADA
NO CREÍA EN EL AMOR
PERO ADULABA AL SEÑOR RENCOR
LA POBRE ANCIANA
CADA DÍA ENGOJÍA
SU CORAZÓN DE MANZANA
CADA VEZ QUE LA VEÍA
ESTABA MIRANDO AL CIELO
TAN SOLO QUERÍA MORIR
YA NO HABÍA MIRADA EN SU VIVIR
SOLO ANHELABA LA MUERTE
Y BOTAR UNA LAGRIMA
QUE SU ENVEJECIDA ALMA
YA NO SE ENAMORA
NI CREERÁ EN LA SUERTE...

Gonzalo Prieto

Rocky Balboa

Publicado por Letras Humanistas | 0:07 | 1 comentarios »


Oli: ¡Alo encuesta!
Rocky: Si dígame
Oli: O perdone lo saque de la ducha
Rocky: No importa
Oli: Aaaaaa
Oli: Oiga ¿lo puedo molestar con un par de preguntitas?
Rocky: No veo porque no
Oli: ¿en qué deporte le gustaría participar?
Rocky: Boxeo
Oli: Aaaaaa
Oli: Oiga dígame ¿Cuál es su nombre?
Rocky: Felipe Rocky Balboa Nemeses
Oli: (sorpréndete)
Oli: Osea…
Oli: Podríamos decir que…
Oli: Usted es…
Oli: ¿¡Rocky Balboa!?
Rocky: Si podríamos decir que si
Oli: (Espera 1 minuto)
Oli: Oiga no me pegue
Oli: (Corre)

Cristian Olivares

Palabras, acciones, sentimientos y mentiras

Publicado por Letras Humanistas | 23:46 | 1 comentarios »


Palabras.

Simplemente palabras…..claro, ocupan un lugar….muchas veces incluso se alojan en nuestro corazón, ahí es cuando más duele. Describen, invocan, reniegan, confirman, caracterizan….pero, ¿Qué son?, claro está que no son solo letras juntas, porque todo tiene un significado, desde notas musicales, hasta el abreviado “WTF”, pasando por un “Te amo” hasta un “me hubiese gustado no haberte conocido”…..es triste, pero no tanto. Podemos pensar y decir, crear y destruir….amar y odiar…..pero son solo palabras, eso las diferencia y las conlleva a las llamadas “Acciones”.

Acciones.

Se dice que son la materialización de las palabras, claro que es un circulo vicioso, ya que hay acciones que provienen de las palabras y viceversa. Las acciones a veces nos importan mucho y otras veces es como si nada hubiese pasado. Esto pasa solo si a la acción y las palabras las acompaña algo llamado “Sentimiento”.

Sentimientos.

Una cosa tengo bien claro, hay muchos. Los tenemos siempre con nosotros, nos afectan y muchas veces nos molestan muchos. Hay algunos que nos gustan más que otros, por ejemplo preferimos la frase “Estoy muy feliz contigo” a “Estoy muy decepcionada de ti”. A veces no sabemos muy bien lo que sentimos, porque estas cosas se pueden ver combinadas o solas (dicen que combinados son peores) a esto lo etiquetamos como “estar confundido”, este es un sentimiento muy particular, ya que a menudo resuelve todos nuestros problemas. Existe algo dentro de los sentimientos que se llama “Rabia”, esto es provocado por una cosa llamada “Mentira”, la que es seguida por la tristeza y la decepción.

Mentiras.

Se define brevemente como: “Negación previa de palabras, acciones y sentimientos”.

Victoria Casanova

Ese síndrome de Stendhal

Publicado por Letras Humanistas | 23:39 | 0 comentarios »


Eran días largos y cortos a la vez,
el paupérrimo sol se escondía,
me movía sin ánimos de rapidez,
y el pez otra vez se moría.

Solo bastaba con un "Hola"
y una ola de gritos ardería,
saldrían nubes de la viola
que esta vez no tocaría.

Solo me confundía en un mundo,
donde sojuzgaba el desorden,
pasaba el invierno en segundos,
y un niño pasaba a ser hombre.

Miraba la luna de trapo,
y el gato maullaba a ratos,
sentía ese verso de euforia
que me hacía soñar con fastos.

No quería parar esa ilusión,
que rara vez me nacía
mareado de tanta canción,
quería ver esa armonía.

Pero caigo sangrado en rutina
que asesina mi flor de loto,
despierto empapado en inquina,
y la vida sigue de a poco...


Yerko Varela