Junto al Manzano

Publicado por Letras Humanistas | 2:20 | 0 comentarios »


De niño mis padres solían traerme aquí para recoger manzanas, pero hoy todo ha cambiado… es como si pudiera imaginarlos a mi lado, siento su presencia junto a mi, pero solo me basta con una mirada a mi alrededor para saber que no es así, que ya no están, que solo sus tumbas quedan. Siempre estuve cerca de la muerte, he perdido a mis abuelos, a mi tío y los únicos primos que tenía. Mi mejor amigo perdió a sus padres a los tres años, pero a él no le cambio la vida, para él sus padres son sus tíos, pues ellos los criaron, no conoció más, nunca tubo más…se crío bajo la casa de sus tíos, no bajo la de sus padres. Para mi es diferente, tengo 17 años, viví toda mi vida con mis padres, ellos me enseñaron todo lo que sé, compartí con ellos toda mi niñez, crecí, aprendí, soñé, y ya no están, me gustaría saber que pasará conmigo…no tengo más familia, seguro me iré a un orfanato hasta cumplir los 18, no hay otra opción… ¡Como cambia todo de un segundo a otro! Como es que ayer, estábamos los tres mirando el atardecer como cualquier día, aquí mismo, junto a este gran árbol, y hoy, me encuentro solo, y no se que va a ser de mi.

Siempre las personas a mi edad, creo yo, piensan en la adolescencia, en la juventud, como un tiempo para ser uno mismo, sin responsabilidades, sin cargas, la sola preocupación de uno mismo, e incluso esa preocupación es vana, pues la mayoría de la juventud piensa que el cuidado de uno mismo es estar bien físicamente, el cuidado, para los jóvenes de hoy, no significa, preparar el futuro, no significa poner una base de valores, creencias, definir nuestra filosofía… por mucho tiempo yo pensé así…pero ¡Oh, cuanto me arrepiento! Quizás si yo hubiera escuchado mejor a mis padres, quizás si yo me hubiera esforzado más en mis estudios, si yo hubiera pensado, reflexionado sobre mi futuro, sobre lo que Yo pienso y siento, quizás ahora sabría como enfrentarme a la vida.

Una vez leí en algún lado una frase “ser joven no es ser dependiente de otras personas, si no aprender a valerse por si mismo” y pensé al leerlo que eso era una tontería, pues cuando sea adulto, me valdría por mi mismo, no ahora, ahora necesito tiempo para mi, tiempo para definir mis gustos, hasta quizás lo que quiero estudiar, pero nada más.

Hoy 13 de febrero del 2007, me doy cuanta de que todo lo que un día pensé, toda mi filosofía no voluntaria, era mentira, un pensamiento vano y superficial, lo peor de todo, es que si ayer no hubieran muerto mis padres, hoy seguiría con la misma filosofía, y solo por ello abro los ojos. Las circunstancias de la vida me han arrastrado hasta este punto, no fue algo lento, no fue un proceso, como la arena, que un día fueron rocas, pero luego de cientos de años, gracias a la erosión de las olas contra ellas, crean una playa, y aunque las rocas tuvieron que estar bajo la erosión del agua por tanto tiempo, al fin formaron algo hermoso, algo que valió la pena; pero en mi caso, yo no puedo, no tengo ese testimonio, fue algo así como un huracán, llega sin aviso, y destruye todo a su paso, y luego, cuando el huracán se ha ido, recién ahí, uno puede reconstruir, todo de nuevo, lo que tarda años de sacrificio, trabajando en poner bases más sólidas, para que si otro huracán viene, no pueda destruir todo a su paso.

Así que hoy me doy cuenta, recién hoy dejo de ser un niño por completo, y me comienzo a preparar para la vida, siendo que este pensar, este sentir, lo debí tener desde el primer día que comencé a ser adolescente, desde el primer momento en el que me encontré acercándome a la adultez, cuando oí esa frase, la cual ignore, pero era tan cierta, de todas formas supongo que no hubiera podido cambiar esa filosofía, a lo mejor no era el momento, de cierto sé que no tenía la madurez en ese entonces, y no se si la tengo ahora, pero tampoco me lo pregunto, pues no creo que un hombre maduro de 40 años, se pregunte si es maduro, solo lo siente, lo sabe, y por ello no es necesario decirlo, ni siquiera recordarlo de vez en cuando en algún pensamiento ególatra, pues lo sabe, y creo que mi meta es llegar a ese punto, pero tendré que pasar por mucho primero, pues debo reconstruir todo lo que el huracán destruyó con su paso, y esta vez, con un base sólida, y eso me tomará mucho tiempo.

Este lugar siempre ha sido especial para mí, el monte del manzano…de pequeño, como ya dije, mis padres me traían a sacar manzanas, y hoy se encuentran, junto a sus raíces…mis padres, y con ellos, aquí, transcurrió mi vida, y aquí nuevamente, hago un cambio, paso a otra etapa, y junto al amanecer, junto al comienzo de otro día, puedo ver el comienzo de otra etapa en mi vida, mi renacer, no lógico, no literal, si no del pensar, del saber, del sentir, hoy soy conciente de que tengo una filosofía propia, pero esta vez, la correcta, pero veo todo esto, reflexiono junto al manzano, pero lleno de amargura de todo lo que perdí, a veces cuando pierdes ganas, y a veces cuando ganas, pierdes, ¿Y ahora cómo saber si perdí o gané? …

Rebeca Cepeda

0 comentarios